Hablar con los niños sobre nombrar sus partes del cuerpo y reducir la vergüenza y el estigma es sólo una parte de lo que hay que hacer para prevenir el abuso. En anteriores entradas del blog he hablado de permitir que los niños decidan a quién abrazan y besan (incluyendo la familia). Quiero añadir otra pieza del rompecabezas:
Conversación profunda sobre el cuerpo.
La mayoría de las veces los educadores de prevención de abuso dicen a los niños que nadie deben tocar sus “partes privadas”, pero ¿por qué parar allí? Sé que como un adulto han sentido que no está bien que ciertas personas me toquen en absoluto, ya sea palmadita en la espalda, tocando mi hombro, lo que sea. ¿Por qué no permitimos a nuestros hijos a hacer lo mismo? Necesitamos enseñarles a los niños que son jefes de su propio cuerpo. Este concepto va mucho más allá de las partes privadas. Incluso, los adultos deberían respetar cuando los niños dicen que están cansados, hambrientos, con dolor, o tienen que ir al baño. ¿Cuántas veces le decimos a los niños que ignoren lo que su cuerpo les está diciendo? No sólo educo a la gente sobre el abuso sexual infantil, también soy una madre. Le digo a mi hija que su cuerpo siempre tiene razón. Su cuerpo le dice cuándo ella está alrededor de alguien que la hace nerviosa (adulto o niño) y ella sabe ser más cuidadosa. Su cuerpo sabe cuando está enferma, tiene hambre o cansada. Cuando permitimos a los niños escuchar sus cuerpos, son más probables compartir con nosotros cuando se sienten incómodos. Si no les permitimos escuchar sus cuerpos, aprenden a ignorar el cuerpo con potencial consecuencias devastadoras.
Por lo tanto, si alguien abraza a un niño y ella o él no se siente cómodo, entonces ese niño entiende que es un mal contacto. También debemos enseñar a los niños que golpear, pellizcar, perforar y empujar son malos toques. Es asombroso cómo este tipo de contacto se excluye de la educación de la seguridad del cuerpo. Necesitamos enseñarle a los niños (y adultos) respetar los cuerpos de otras personas en todo momento. Esto va más allá del abuso sexual. Imagínese lo diferente que sería el mundo para los niños si les dijeran que sus cuerpos deben ser respetados en todo momento y en todas las circunstancias.